miércoles, 29 de mayo de 2013

EL CERDITO Y EL GNOMO

29 de mayo

Una noche, un ladrón robó un cerdito y lo guardó en un saco. El cerdito era muy pesado y pronto el ladrón se sintió cansado y se paró a descansar. Dejó el saco posado junto a un árbol y se quedó inmediatamente dormido; y roncando muy alto.

El ladrón había dejado el saco junto a un agujero donde tenía su casa un gnomo. Con los chillidos del cerdito y los ronquidos del ladrón, el gnomo no podía dormir, así que decidió ver qué pasaba.

Desató el saco y el cerdito salió corriendo.

"Creo que me voy a divertir aquí", pensó el gnomo.

Se metió sigilosamente en el saco y esperó a que el ladrón se despertara. Pronto se despertó, recogió el saco y siguió su camino.

- Es un viaje un poco ajetreado - se dijo divertido el gnomo desde dentro del saco.

- Quién dijo eso? - gritó sorprendido el ladrón.

- El que viaja a espaldas de un cerdo, dentro de tu saco - respondió el gnomo.

Naturalmente, el ladrón pensó que era el cerdito el que hablaba.

- No tengo nada que ver con un cerdo hablante - dijo el ladrón, dejando caer el saco. Y salió corriendo, con un susto mortal.

- No creo que robe otro cerdito por mucho tiempo - se rió el gnomo mientras salía del saco y volvía a casa.

sábado, 25 de mayo de 2013

CENA PARA LOS DUENDECILLOS

Emparedados de jamón y queso, una plato estupendo para los pequeños de la casa, bueno en realidad para todos.
Y muy fácil de hacer, simplemente utilizando el jamón de pavo de Campofrío o cualquier otro que venga en rulo como este .
Cortamos dos rodajas y entre medias ponemos un trocito de queso del que querais, lo empanamos bien, primero en huevo y luego en pan rayado, lo freimos en aceite muy caliente y listo, ya tenemos la cena preparada.
Para los papás y mamás se puede empanar en pan rayado con ajo y perejil, quedan de rechupete.
Buen provecho!!!!!!!!!

viernes, 24 de mayo de 2013

EL CONCURSO DE CANTO

24 de Mayo

Dos pajaritos se habían posado encima de su piedra favorita para charlar.

- En qué piensas? - preguntó uno.

- Quién crees que va a ganar el concurso real de canto? - dijo el otro.

- No lo sé - le contestó el primero -. La alondra me dijo que iba a ganar. Dijo que el Rey la elegiría a ella. Cómo es tan guapa...!

- Qué gracia! - dijo su amigo -. La curruca me dijo que iba a ganar ella. Se pavoneaba tanto de su canto que tuve que buscar una excusa para alejarme de allí y dejarla.

Después de un rato de amena charla, los dos amigos siguieron caminos opuestos. Luego se vieron de nuevo el día del concurso.

- Ahí está la curruca - dijo uno -. Parece muy orgullosa y segura.

- También la alondra - dijo el otro -. Chis! Será mejor que nos callemos. La alondra va a comenzar a cantar.

La alondra cantó bastante bien. También la curruca, que la seguía. El Rey mostró su aprobación al inclinar la cabeza ante cada pájaro. Entonces, para sorpresa de la audiencia, un pajarillo marrón preguntó si se le permitía cantar.

- Naturalmente - dijo el Rey.

El pajarillo abrió el pico y trinó con tal encanto y belleza que hubo un sorprendente y emocionado silencio tras su actuación.

- Quién es? De dónde viene? - se preguntaron los dos amigos con un susurro.

Luego habló el Rey.

- El premio es para este amiguito de aquí - dijo -. Se llama ruiseñor y acaba de llegar de allende los mares. Supongo que estáis todos de acuerdo en que no hay ningún otro que cante como él!

Después de esto, los dos amigos volvieron a su piedra favorita. Y se pasaron un largo tiempo hablando del concurso.

jueves, 23 de mayo de 2013

EL SASTRECILLO VALIENTE (tercera y última parte)

Un sastrecillo valiente había engañado a un gigante, haciéndole creer que era muy fuerte. El gigante decidió librarse de él.
- Ven a la cueva si quieres conocer a mis hermanos - le propuso el gigante ladinamente -. Puedes pasar la noche con nosotros.
Aquella misma noche dejó que el sastrecillo durmiera en su propia cama, mientras el gigante dormía en el suelo. La cama era del tamaño adecuado para un gigante, pero era demasiado grande e incómoda para el sastrecillo valiente. Cada bulto del colchón parecía una montañita. No podía dormirse.
Finalmente, se escabulló hasta una esquina de la cueva y allí se durmió. Vaya suerte!, porque por la noche todos los gigantes apalearon la cama con barrotes de hierro. Si el sastrecillo valiente hubiera dormido en ella, seguro que habría muerto.
A la mañana siguiente, los gigantes estaban desayunando, alegres con la idea de que el sastrecillo valiente, que había matado a siete de un solo golpe, también estaba muerto. Se quedaron boquiabiertos cuando el sastrecillo pidió el desayuno.
Bramaron del susto y salieron corriendo de la cueva. Corrieron hasta que llegaron al mar y lo cruzaron, y puede que todavía estén corriendo.

FIN

miércoles, 22 de mayo de 2013

EL SASTRECILLO VALIENTE II

22 DE MAYO

EL SASTRECILLO VALIENTE (segunda parte)

Un gigante decidió probar cuán valiente era un sastrecillo. El gigante eligió una enorme roca que habría aplastado al sastrecillo si le hubiera caído encima.
- Puedes hace esto? - le preguntó el gigante.
Alzó la roca, la oprimió fuertemente y unas gotitas de agua salieron de ella.
- Eso es bastante fácil - dijo el sastrecillo. Fingió tener una piedra entre sus manos, pero sacó el queso del bolsillo. Era un queso suave y blando. Un ligero apretón y le corrió un reguero lechoso por entre los dedos.
- Oooh! - dijo el gigante muy impresionado -. Puedes tirarla tan lejos como yo?
Tomó una roca y la arrojó con todas sus fuerzas. Voló por el aire como una centella y cayó con un golpe seco en la hierba, al menos a una media milla de distancia.
- Fácilmente - respondió el sastrecillo.
Esta vez sacó el pájaro del bolsillo. Se había recuperado del susto de estar atrapado en el arbusto y se alegró de poder volar en libertad. Cuando el sastrecillo lo tiró al aire, voló hasta que sólo parecía una manchita a lo lejos.
- Caerá al suelo en cualquier momento - dijo el sastrecillo mirando hacia el horizonte.
- Si eres tan fuerte - dijo el gigante -, puedes ayudarme a llevar este árbol a casa.
- Encantado - aceptó el sastre -. Ve delante y llévate las raíces; yo te seguiré y llevaré las pesadas ramas.
El gigante volvió a cargar el pesado tronco a la espalda. Las retorcidas raíces sobresalían por delante y no vio al sastrecillo meterse entre las ramas, detrás de él.
- Cuando quieras! - gritó el sastrecillo.
Y se sentó cómodamente a caballo en el árbol. Cuando llegaron a la cueva del gigante, éste posó el árbol y se sentó. El valiente sastrecillo no estaba cansado ni lo más mínimo. El gigante no podía dar crédito a sus ojos. Él se encontraba sofocado. Si este sastrecillo era tan fuerte como parecía, podría ser peligroso. Tendría que librarse de él.

martes, 21 de mayo de 2013

UN CUENTO PARA DORMIR

Hoy quiero comenzar una sección nueva. UN CUENTO PARA DORMIR. Cada día subiré un cuento corto o uno largo dividido en varias partes, lo ideal sería que tuvieseis tiempo para contárselo a vuestros hijos antes de dormir.
Hoy 21 de Mayo comenzamos con:

EL SASTRECILLO VALIENTE (primera parte)

Un día, un sastre estaba sentado en su banco, cosiendo con hilo y aguja. A su lado había un plato y en el plato un trozo de pan con mermelada. Era su almuerzo y cuanto antes terminara de coser, antes podría comérselo. Le gustaba el pan con mermelada. Pero no sólo a él.
- Mermelada...- zumbaron las golosas moscas -. Olemos mermelada.
- No osaréis! - gritó el sastrecillo.
Buscó un trozo de tela.
- Atrapad esto! - gritó, y trató de aplastarlas.
Siete murieron en la mesa.
- Qué inteligente soy! - dijo el sastre -. He matado siete de un golpe. Debo contárselo a todo el mundo.
A fin de que todo el mundo supiera cuán inteligente era, se hizo un cinto y en él bordó las palabras: "Siete de un golpe".
Puso queso en su bolsillo por si le entraba hambre y partió. Junto a la puerta, cuando salió, había un pájaro marrón atrapado en un arbusto. Lo desenganchó y lo metió también en el bolsillo, con el queso.
Siguió una carretera que serpenteaba por la montaña. En la cuarta curva de la carretera se topó con un gigante que llevaba un árbol.
-Quieres venir conmigo y hacerme compañía? - le preguntó el sastrecillo.
- Ja, ja! - se rió el gigante, que era tan alto como el árbol. El sastrecillo valiente apenas le llegaba a las rodillas -. Ja, ja! Yo caminar contigo. Ja, ja, ja!
- Lee! - le dijo el sastrecillo valiente, señalándole el cinto -. Y luego mira a ver si aún tienes ganas de reírte.
-"Siete de un golpe"- leyó el gigante.
Pensó que quería decir que el sastrecillo valiente había matado siete ogros o quizá siete dragones y se quedó impresionado. Sin embargo, decidió poner a prueba al sastrecillo valiente. Después de todo, es muy fácil decir que eres valiente y fuerte...

Hasta aquí la primera parte, si te quedas con ganas vuelve mañana y te contaré si el sastrecillo pasa o no la prueba del gigante.
Buenas noches mis pequeños duendecillos...